La Azzurra no triunfó en las repescas rumbo a Rusia ni Qatar
Italia quiere que la tercera sea la vencida
El gigante europeo enfrentará en marzo a Irlanda del Norte en el primer juego de su repechaje para clasificar al Mundial. Deberá ganar y vencer en otro playoff.
Viernes, 21 de noviembre de 2025

La Selección italiana afrontará en marzo del año próximo su tercer repechaje consecutivo con el objetivo de clasificarse a la cita más esperada del fútbol: faltó a los últimos dos Mundiales y se ha convertido en el gran ausente de las ediciones de Rusia y Qatar, una desagradable racha a la que intentará ponerle fin dentro de cuatro meses cuando se enfrente a Irlanda del Norte y se juegue su última chance de estar presente en la Copa de Estados Unidos, México y Canadá.
Un gigante en problemas
Los niños y las niñas en Italia reflejan esta extraña realidad que atraviesa su representativo nacional, si analizamos desde una mirada general de la historia del fútbol: aquellos y aquellas que este año han cumplido su primera década de vida nunca vieron a su selección disputar un Mundial. Aquella ausencia de recuerdos de escenas mundialistas ha forjado increíblemente a una generación en, paradójicamente, uno de los países más laureados de la historia de este deporte y uno de los pesos pesados que siempre han animado las Copas del Mundo. Italia es, junto con Alemania, el segundo seleccionado más exitoso de las citas mundialistas -detrás del máximo ganador Brasil, pentacampeón- tras haber conquistado cuatro títulos en las ediciones de 1934, 1938, 1982 y 2006. Además, fue finalista en otras dos ocasiones (1970 y 1994), tercero en una más (1990) y acompaña a Argentina en el tercer escalón de los equipos nacionales que han disputado más finales. La Azzurra disputó un repechaje por primera vez en su historia durante su camino clasificatorio al Mundial 1998 (36 años después de que naciera esa instancia final de ingreso a la competición pero en su primera versión para la clasificación propia de la UEFA) y, tras vencer a Rusia en el global luego de dos encuentros, logró su ansiado boleto para la cita en Francia. Fue un debut victorioso y el único antecedente previo a estos últimos tiempos aciagos a los que la actual Selección italiana buscará ponerles un punto final.
Italia inició su aventura en las Eliminatorias Europeas hacia el Mundial de Rusia 2018 con el objetivo de revertir la que era hasta entonces una de sus peores seguidillas en la historia del máximo evento del fútbol. Tras consagrarse campeón en Alemania 2006 -la recordada final del cabezazo de Zinedine Zidane a Marco Materazzi y la expulsión del francés-, el seleccionado italiano había sido eliminado sucesivamente en la primera fase de las ediciones en Sudáfrica (donde compartió grupo con Paraguay, Eslovaquia y Nueva Zelanda y quedó último) y Brasil (jugó su zona con Costa Rica, Uruguay e Inglaterra y resultó tercero). Aquello de quedar eliminado en la ronda inicial de dos torneos consecutivos no le sucedía desde las citas en 1962 y 1966, considerando su extenso historial mundialista, esa privilegiada estadística del país que -hasta ese momento- era el segundo con más participaciones en Copas del Mundo. Italia solo había faltado al torneo inaugural en 1930 (como la mayoría de las naciones europeas) y a la edición 1958 (cuando increíblemente Irlanda del Norte ganó el grupo que compartían, clasificó a su primer Mundial y dejó a Italia sin boleto), y, con 18 presencias, era junto a Alemania de los mayores protagonistas del máximo certamen del fútbol, apenas superados por la Verdeamarela, presente en todas las ediciones de la historia.
Ausencias y récords
Italia volvió a la repesca -luego de aquel inicio histórico en la previa de 1998- tras quedar segunda en sus dos participaciones en las Eliminatorias Europeas en 2018 y 2022: mientras que en la primera edición fue superada por España, en la segunda fue Suiza el seleccionado que ganó el grupo y conquistó el pasaje directamente. Si en el repechaje rumbo a Rusia no pudo ganarle a Suecia en ninguno de los dos partidos que jugaron y vio entonces frustrada su intención de llegar al gran torneo, el último intento del camino a Qatar fue todavía peor: Italia -entonces conducida por Roberto Mancini- quedó eliminada en la primera fase de los playoffs tras caer con Macedonia del Norte, seleccionado que nunca jugó un Mundial, que la superó por 1-0 aquel día en la ciudad de Palermo y que luego sería derrotada por Portugal en la fase final de aquella repesca.
Curiosamente, en el medio de estos dos Mundiales a los que faltó, Italia tuvo un momento de esplendor. La Azzurra, en medio de aquella oscuridad y desazón futbolística, conquistó la Eurocopa 2020. Tras ganar su grupo en la fase inicial, venció en octavos y cuartos a Austria y Bélgica respectivamente y avanzó hacia la última parte del certamen, en donde se coronaría tras imponerse en los penales sobre España, en semis, e Inglaterra, en la final jugada en Wembley.
Aquel equipo de Mancini, incluso, alcanzó un récord histórico del fútbol: logró llegar a 37 partidos sin perder y estableció así una nueva plusmarca mundial, que se compuso de 30 victorias y siete empates, con 93 goles a favor y sólo 12 en contra. Aquella notable racha, que increíblemente no fue suficiente para meterse en la Copa del Mundo de Qatar, comenzó apenas cinco meses después de la llegada de Mancini al banco italiano y eclipsó la anterior marca de imbatibilidad, de 35 encuentros, que compartían Brasil (antes y después de su título mundial en Estados Unidos 1994) y España (entre 2007 y 2009, previo a su consagración en Sudáfrica). Italia estuvo, durante esos días felices, más de tres años sin perder.
El partido que puso fin a aquella notable racha histórica fue una caída ante España por 2-1 en Milán, por las semifinales de la Nations League, un resultado con un fuerte significado para Italia: era, para la Azzurra, la primera derrota como local desde 1999 en un partido por los puntos. Aquel quiebre fue también, quizás, un indicio de un período más complejo para los azzurri, tiempos que trajeron desde entonces más jornadas amargas en su propia tierra: en 2022, un año después, caería en aquel histórico partido en su casa ante Macedonia del Norte que lo dejó sin Mundial 2022; los últimos tres años las caídas como local se repetirían, por la Nations League o la clasificación a la Eurocopa, y el duro 1-4 ante Noruega del pasado fin de semana en Milán dejaría en claro que ni su propia casa ha sido fortaleza para este seleccionado italiano.
Con el sorteo de este jueves, Italia ya sabe qué le depara su futuro próximo: enfrentará en los playoffs a Irlanda del Norte el 26 de marzo y, de ganar, deberá medirse con el vencedor del duelo entre Gales y Bosnia y Herzegovina (con la particularidad de que lo hará como visitante) por su última oportunidad de clasificarse a la cita 2026. El peso de romper esta negativa racha recae con fuerza sobre este seleccionado italiano, pero también lo acompaña una hinchada más que especial e incondicional: el sueño de unos niños y unas niñas que nunca vieron a su país jugar un Mundial y anhelan esta clasificación con toda la ilusión.Viernes, 21 de noviembre de 2025