Sábado, 4 de Mayo de 2024
04/05/2024 16:31:37
Análisis
Las dificultades para construir “hegemonía” política de los gobiernos locales

En los 90’, durante los diez años de gobierno peronista en el municipio, el oficialismo triunfó en cinco de las siete elecciones que enfrentó. Luego a partir del 2005, el radicalismo durante sus doce años de gobierno, ganó cuatro de las ocho elecciones que compitió. En esta nueva etapa, el peronismo ganó tres de las cinco elecciones que disputó. Siempre el “poder ciudadano” equilibró el sistema político local.

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Miércoles, 21 de junio de 2023

Si existe algo que distingue a capas importantes del electorado Libreño, es su independencia a la hora de votar. Nunca da el poder absoluto a ningún gobierno municipal de turno, premia, castiga, advierte. Depende de la inteligencia de los gobernantes entender el mensaje a través de las urnas, muchas veces se puede revertir, hay claros ejemplos acerca de ello, otras veces es demasiado tarde.

En los cuarenta años de democracia ininterrumpida, hubo tres períodos de gobiernos municipales prolongados, que intentaron o intentan actualmente, afianzar su poder político, sin contar con la experiencia del Pacto Autonomista-Liberal que gobernó la ciudad entre 1985 y 1991, pero con un sistema electoral distinto (no existía voto directo para elegir intendente).

El primer intendente elegido por la voluntad popular, fue Matías Eduardo “Martillo Sanabria, del Partido Justicialista, en 1993.

Dos años antes, Fernando Lahoz (PJ) había sido ungido intendente de manera indirecta por el Concejo Deliberante, ya que el candidato de la UCR, Abel Silva, se había comprometido en la campaña de 1991 apoyar al candidato más votado de la ciudad, en este caso el más votado fue el candidato del peronismo.

En 1991 se inició el primer ciclo de un gobierno peronista en el municipio, con el nuevo período democrático.

Eran tiempos de verticalismo partidario, Ángel Pardo conducía las riendas del Justicialismo Libreño. Los partidos políticos todavía, tenían una fuerte representatividad, en la cual el afiliado cobraba gran importancia.

Por entonces gobernaba el país, Carlos Menem (PJ). El plan de convertibilidad, instrumentado por el ex Ministro de Economía Cavallo, daba sus frutos electorales, y las campañas electorales del Justicialismo nacional, provincial y municipal, se basaban en los logros de la estabilidad económica. Un dato, las elecciones municipales, se realizaban conjuntamente con las nacionales.

La breve gestión municipal de Lahoz y la situación nacional, cimentaron el triunfo en 1993 del justicialismo que logró retener la comuna.

Ya el nuevo intendente, “Martillo” Sanabria, tenía un período de cuatros años con la posibilidad de ser reelegido una vez según lo establecía la Constitución Provincial recientemente reformada, aún en vigencia.

“Martillo” tuvo que afrontar las elecciones de Convencionales Nacionales, para reformar la Constitución Nacional en 1994.

La lista de candidatos a Convencionales Nacionales del Justicialismo, la encabezó el Libreño Ángel Pardo, por consiguiente, el peronismo local, se veía en la obligación de ganar.

En las elecciones de la ciudad, el PJ se impuso. En segundo lugar y mordiéndole los talones, el Movimiento de Dignidad Nacional (MODIN) de Aldo Rico, que fue una de las sorpresas de la elección.

En 1995, en el marco de las elecciones nacionales que consagraron a Carlos Menem por un nuevo período presidencial, el Justicialismo Libreño, ganó la elección en la que se jugaba la mayoría en el Concejo Deliberante.

Algo para subrayar, pero que sería motivo de otro análisis, el Partido Justicialista, durante su gobierno (1991-2001) tuvo cuatro internas partidarias, que fueron más cruentas que las elecciones generales, (1993-1995-1997-1999).

Pese a la ruptura ya existente en el peronismo Libreño (la pelea Pardo-Lahoz), “Martillo” Sanabria, quien se había alineado con Pardo, triunfa ampliamente en su reelección en 1997. Para lograr ese fin, Sanabria, un adelantado de su época comenzó a tejer acuerdos con los autonomistas y liberales, a los que incluyó en la lista de concejales.

El peronismo gobernante, cuando intentó consolidar su hegemonía política, la situación interna partidaria comenzó a corroerse, y los efectos ruinosos del plan económico del gobierno nacional, comenzaron a sentirse.

En 1999, con el deterioro de la economía, las elecciones de concejales, quedaron atadas a la suerte nacional. Finalizó el ciclo del Menemismo y comenzó el de la Alianza en el orden nacional. En Paso de los Libres el PJ pierde las elecciones locales a manos de la lista de la UCR (renovación de concejales).

A finales de ese mismo año, vinieron tiempos de Intervención Federal, los ejecutivos municipales y Concejos Deliberantes fueron intervenidos en todo el territorio de la provincia. Los intendentes pasaron a ser Comisionados Municipales que dependían del Interventor Ramón Mestre (UCR).

En el año 2001, comenzó el proceso de normalización institutcional en la provincia y municipios.

Los problemas internos en el peronismo gobernante se acrecentaron con la intervención partidaria, que no permitió elecciones internas. El Justicialismo concurrió fracturado a los comicios para renovar intendente.

Las luchas “fraticidas” internas y la necedad de no formar alianzas lo llevaron a la derrota. La sociedad decidió probar algo nuevo.

En diciembre del 2001 asume Rubén Eduardo Verón (PANU) la intendencia municipal, en un país que había estallado. Jaqueado por los reclamos de los empleados municipales, y en un contexto de crisis financiera y económica sin precedentes, Verón llevó adelante, un gobierno de transición, mas que pensando en consolidar poder propio.

Su primera elección intermedia a concejales (2003), la pierde, con quien había irrumpido en la política local, Beto Antouche (Partido de la Victoria).
Luego en el 2005, cuando ya el Frente de Todos comenzaba asentar su poder en todo el territorio provincial. Verón va por su reelección, y es vencido por el radical Eduardo “Peteco” Vischi.

Se iniciaba una nueva etapa política en la ciudad. El peronismo en ese momento se encontraba diezmado.

Vischi transita su primer gobierno, en un contexto de enfrentamientos políticos entre los primos Ricardo Colombi y su sucesor en la gobernación Arturo Colombi. El jefe comunal Libreño se alineó con el primero.

La primera elección que tuvo que afrontar fue la Constituyente Provincial, que luego reformó la Constitución Provincial. El Frente de Todos gobernante en la provincia, crujía, pero todavía no se había quebrado.
Las elecciones se llevaron adelante, a comienzos del 2007. El FdeT se impuso cómodamente en Paso de los Libres.

Más tarde en octubre, Vischi tuvo su primer test electoral para renovar el Concejo Deliberante. La interna provincial gubernamental ya estaba desatada, por un lado, Ricardistas y por otro Arturistas.

El Arturismo se quedó con el sello del Frente de Todos, pero Ricardo se quedó con el sello de la Uniòn Cìvica Radical y armó una nueva alianza.
Aquí en Paso de los Libres, el Frente de Todos, conformó una alianza, entre peronistas del sello y radicales Arturistas. Esa elección, el oficialismo municipal, la pierde.

La segunda parte de su primer mandato, estuvo signada por fuertes enfrentamientos con el gobierno provincial.

Ya en el 2009 “Peteco” fue por su reelección, enfrentando por un lado al Justicialismo y por otro a radicales del FdT. Terminó imponiéndose con el 73 % de los votos. El radicalismo comenzaba a construir hegemonía política.

Sin embargo, en la siguiente intermedia del 2011, su lista de concejales, pierde a manos del Frente para Victoria.

En el año 2013, ECO logra retener la comuna, Tarabini es elegido intendente.

Las elecciones intermedias de concejales (2015) las vuelve a ganar el radicalismo (ECO), y comienza a construir una mayoría cómoda en el Concejo Deliberante, nueve concejales sobre trece, con “transfugueada política” de por medio, del Concejal “Pichon” Balbastro (Partido Liberal), que se pasó de la oposición al oficialismo, el mismo día de asumir. Un dato, de los nueve concejales, cinco de ellos eran del bloque de la UCR.

Llegaron las elecciones del 2017, había que renovar el ejecutivo municipal. Las desprolijidades políticas, el exceso de confianza, el desgaste de doce años de gobierno, llevaron a la derrota electoral. La sociedad había puesto un freno con su voto. El resto es historia conocida.

Asomaba una nueva figura política: Martín Ascùa. El peronismo retornaba al gobierno municipal tras 16 años, pero con otro contexto político y otra sociedad muy distinta a la de los 90’.

Con un Concejo en minoría, o casi empatado, el nuevo intendente, tenía como desafío construir poder político para garantizar la gobernabilidad.

En junio del 2019, se realizan las legislativas provinciales, el peronismo concurre dividido, por un lado, Unidad Correntina cuyo candidato a primer Diputado es el libreño Miguel Arias, impulsado por Ascua y por el otro el Frente para la Victoria. ECO gana en Paso de los Libres, aunque la suma de votos de las fracciones peronistas, estuvo por encima.

Posteriormente, en octubre del 2019, Ascúa tuvo su primera elección local, de la cual salió airoso. Sumó concejales propios al recinto.

En el 2021 Ascúa logró su reelección en un escenario desfavorable, ya que ese 14 de noviembre se realizaron las elecciones comunales, conjuntamente con las nacionales, con la particularidad, que dos meses antes, el Frente de Todos había perdido las PASO por 8.000 votos ante ECO+Cambiemos, por lo que Ascúa tuvo que revertir esta cifra para imponerse. La sociedad le dio el voto de confianza nuevamente.

Dos domingos atrás, Celeste Ascua, encabezó la lista de Senadores por el Frente de Todos, en una elección provincial pero con implicancias políticas a nivel local. El electorado Libreño en su mayoría decidió no acompañarla.

Para este octubre del 2023 resta la elección de concejales. Experiencia y tiempo para revertir resultado, no hay dudas que el oficialismo la tiene.

Pero independientemente de ello, lo fundamental, es el poder ciudadano que equilibra permanentemente el sistema político local, evitando “hegemonías” de cada gobierno de turno. Nunca dio cheques en blanco.

En definitiva el poder reside siempre en el “soberano”.

Por Ignacio Villanueva







Miércoles, 21 de junio de 2023

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