Elecciones 2025
La persistencia
El triunfo electoral de Agustín Faraldo. La UCR: “entre la nada y el intento”, funcionó el intento. El fenómeno de insatisfacción social de los sectores populares y la demanda de cambio que expresó Faraldo. La prudencia de su equipo de campaña. La derrota del peronismo Libreño. El voto arrastre que no funcionó. El fantasma del 2001. La transición al 10 de diciembre.
Lunes, 8 de septiembre de 2025

Una vez más el pueblo Libreño, dio su veredicto en las urnas. La fórmula a intendente y vice, Faraldo-Miño de la alianza Vamos Corrientes se impuso a nivel local, con una contundente victoria del 47.02 %, sobre la fórmula gubernativa del oficialismo comunal, Arias Legarreta (31.18 %).
Miradas e interpretaciones acerca del resultado electoral del último domingo, habrá muchas; pero hay algo que es inobjetable: la persistencia de Agustín Faraldo, estos últimos cinco años.
Se lanzó a la arena política en agosto del 2020, inicialmente de la mano de Ricardo Colombi, cuando en el actual frente gobernante provincial, reinaba la paz entre Colombistas y Valdesistas.
El tiempo fue cambiando, el gobernador Gustavo Valdés, previo a las elecciones del 2021, quedó encantando con el empresario Libreño, y paulatinamente lo empezó a acercar a su redil.
Ya en esa elección, Faraldo estaba dispuesto a ser el candidato a intendente, después de muchas idas y vueltas, acató la jefatura política de Valdés y aceptó ir como candidato a vice-intendente, acompañando en la fórmula al radical “Yeye” Schiro, siendo vencidos en las elecciones por el peronista Martín Ascùa, que lograba su reelección.
Bajarse a la candidatura de vice en ese momento, le provocó una diáspora del grupo que lo acompañó. Pese a ello y a la derrota electoral, al día siguiente,, siguió adelante con su proyecto político, cuando todas las casas partidarias cerraban sus puertas, hasta la siguiente elección. De a poco fue suturando heridas y recuperando a los enojados.
En el 2023, ya con la escudería de Vamos Corrientes, se propuso ir en la elección intermedia con lista propia de candidatos a concejales. Nuevamente las negociaciones y las bajadas de línea desde la capital Correntina, obligaron a su espacio político a una alianza con la UCR. Sin condicionamientos, ni reproches volvió acatar la jefatura política, “saludo uno, saludo dos”.
Este año entendió que era su momento, y su decisión fue irrevocable, “esta vez me toca a mí”. Las rencillas internas del radicalismo Libreño, ayudaron a solidificar su posición ante Gustavo Valdés, quien con números en mano lo terminó ungiendo candidato.
Faraldo tuvo momentos de despistes con las ideas que quiso comunicar durante su campaña electoral, sin embargo, la demanda de cambio fue tan grande que hizo bandera de ello y convenció a la sociedad de la necesidad de ese cambio en la gestión; junto a su compañera de fórmula, persuadió a gran parte del electorado, sobre la importancia y los beneficios de alinear el municipio al gobierno provincial.
Su anclaje electoral lo tuvo en los sectores populares, espacio que representó cabalmente, tal vez por alguna demanda de insatisfacción social, que supo canalizar. Tarea pendiente del PJ derrotado, de revisar el por qué estos sectores, buscaron otras formas de representación política.
Con claridad, Faraldo atravesó todos los estamentos sociales, para lograr una victoria tan contundente.
Su equipo manejaba números favorables, incluso la semana anterior a la elección, tenían encuestas que lo colocaban 10 o 12 puntos arriba del candidato del oficialismo comunal, Miguel Arias; pero siempre fueron prudentes y respetuosos del nivel de tracción de la boleta que podía tener Martin Ascùa, como candidato a gobernador. “No hay que cantar victoria antes de tiempo”, se los escuchaba decir.
Solo no pudo. El acuerdo con la UCR, fue vital. Así lo terminaron entendiendo todos. Los radicales en las últimas semanas olfatearon poder, olvidaron momentáneamente sus diferencias y se encolumnaron. Para dirimir espacios internos, habrá tiempo más adelante, razonaron.
Trazando un paralelo, Vicente Picò (Exsenador provincial Radical), allá por el año 2015, cuando la UCR nacional, plasmó un acuerdo electoral con el Macrismo, en la experiencia de la alianza “Cambiemos” y tratando de justificar la misma, el dirigente le dijo a este cronista entonces “entre la nada y el intento, elegimos el intento”. El ejemplo es válido para la actualidad local, donde el radicalismo, fue despojado del gobierno municipal, hace 8 años; funcionó el intento.
En términos generales, los partidos aliados de Vamos Corrientes acompañaron muy bien la boleta. Deben distinguirse la buena performance de dos partidos, el MID Lista 1 (941 votos), de la mano del concejal electo, Fernando Núñez y FORJA Lista 7 (918 votos), capitaneados por dirigentes disidentes del PJ.
Del otro lado, en el campamento peronista, hubo sorpresas por la abultada diferencia. Ciertamente había preocupación semanas atrás por el crecimiento de Faraldo; nunca existieron dudas que el candidato a vencer era el de Vamos Corrientes, pero se esperaban una elección más reñida.
Un combo de factores, contribuyeron a la derrota a nivel local, sin entrar en el análisis provincial de los resultados. El esperado efecto arrastre de la candidatura a gobernador de Martín Ascùa, no ocurrió, al contrario, la mayoría de la sociedad, consideró que Ascua no tenía chances de ganarle al oficialismo provincial, y a la vez existió una reprobación por el endurecimiento en muchos casos innecesario de su discurso, por lo que no lo acompañó.
Miguel Arias, no logró nunca generar expectativas como candidato a intendente, ni pudo o no supo conectar con el electorado.
En el oficialismo comunal, hablan del fenómeno arrastre de la boleta de Vamos Corrientes en toda la provincia. Veamos: el peronismo pudo recuperar la localidad de Empedrado y peleó mano a mano con VC en muchas ciudades entre ellas Curuzù Cuatià, mejorando su performance. Eso indica que la propuesta local fue atractiva y tuvo peso.
Desde luego que la división del PJ, y la candidatura de “Tata” Sigillo por afuera de la estructura, crearon las condiciones para una tormenta perfecta, de la cual el peronismo, no pudo salir. La historia política de un PJ dividido, que facilitó la llegada de otra fuerza política al municipio en el 2001 se volvió a repetir.
Además, los socios políticos del Frente Limpiar Corrientes no empujaron lo suficiente la boleta, a excepción de Kolina (Lista 192) con Patricia Ávalos, que sumó 1384 votos en la categoría de concejales y Nuevo Encuentro (Lista 13), de Juan Gauto Avancini, que aportó 1279 votos en la categoría de Diputados. Ambas fuerzas políticas, crecieron en caudal de votos y adhirieron al Partido Justicialista (Lista 2).
Por su parte Sigillo, quedó atrapado en la polarización entre las dos grandes estructuras y no fue el beneficiario del “voto útil”. Asimismo, más allá de que sus expectativas fueran otras, no hizo una mala elección, la fórmula que conformó con Romina Rivarola, cosechó 4.539 sufragios.
Muy lejos quedó la alianza de La Libertad Avanza con el 6.01 % de los votos, no cumpliendo las expectativas que se propusieron y por último la izquierda, expresada en la alianza Cambià Libres, que no alcanzó a 1 punto.
Hoy será un día clave en la transición política, probablemente, el jefe comunal, Martín Ascùa, reciba en su despacho, al intendente electo, Agustín Faraldo, en un encuentro que será a solas. El siguiente encuentro, ya serán con los equipos de trabajo, para ordenar la transición al 10 de diciembre. El camino hasta esa fecha será largo.
Una máxima de la política, indica que, en las elecciones, donde se imponen los opositores, “más que ganar la oposición, pierden los oficialismos por desinteligencias propias”. Esta elección local, no escapó a esa regla, sin quitar el enorme mérito que le corresponde a Agustín Faraldo y Vamos Corrientes, pero decididamente “perdió el oficialismo la elección”.
Por Ignacio Villanueva
Lunes, 8 de septiembre de 2025